El lenguaje no verbal en el trabajo: inclusión, TDA y mejora del clima social
Descubre cómo el lenguaje no verbal impacta la inclusión y el clima laboral en las empresas. Explora estrategias para aprovechar los gestos y señales invisibles, mejorando la cohesión, la empatía y la productividad en el entorno profesional.
COMMUNICATIONDYNAMIQUE DE GROUPEMANAGEMENTRSE
LYDIE GOYENETCHE
1/4/20255 min leer


El lenguaje no verbal, el TDA y la magia de las señales invisibles: una herramienta para la inclusión y la RSE
Imagina que estás en una conversación. La persona frente a ti habla, gesticula, sonríe o frunce el ceño. Pero tú no solo escuchas las palabras. Captas todo: el ligero movimiento de los ojos, la tensión en las manos, el cambio sutil en el tono de voz. Bienvenido al mundo del lenguaje no verbal, donde los gestos y expresiones dicen más que los propios discursos.
En el ámbito empresarial, estas señales no son solo detalles. En el marco de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la inclusión, el lenguaje no verbal se convierte en una herramienta clave para mejorar la cohesión, el clima social y la performance de los equipos. Vamos a explorar juntos cómo puede transformar la comunicación en la empresa y, sobre todo, cómo podemos aprender de grupos que lo dominan de forma natural: los niños pequeños, las personas con discapacidades cognitivas y quienes tienen TDA.
El poder del lenguaje no verbal en la comunicación empresarial
El lenguaje no verbal es la base de la comunicación humana. Según Albert Mehrabian, 93 % del mensaje en una interacción cara a cara proviene de señales no verbales: 55 % de las expresiones faciales y el lenguaje corporal, 38 % del tono de voz, y solo 7 % de las palabras. En el mundo corporativo, esto significa que lo que no se dice explícitamente puede marcar la diferencia en la percepción de los equipos y en el clima laboral.
Por ejemplo, un líder puede decir a su equipo que confía en ellos, pero si su lenguaje corporal muestra tensión o su tono es frío, el mensaje perderá credibilidad. Este desajuste entre lo verbal y lo no verbal puede generar desconfianza, impactando directamente en el rendimiento y la satisfacción de los empleados.
RSE e inclusión: el papel del lenguaje no verbal
En el marco de la RSE, la inclusión de personas diversas, ya sea por su cultura, habilidades o capacidades, requiere algo más que políticas escritas. Se necesita un enfoque genuino para crear un ambiente donde todos puedan sentirse valorados y comprendidos. Aquí es donde el lenguaje no verbal juega un papel crucial.
Creación de un entorno inclusivo
Las personas con discapacidades cognitivas o con TDA suelen depender más del lenguaje no verbal para interpretar las interacciones. Un entorno laboral que favorezca señales claras y coherentes puede hacer que se sientan más seguras y conectadas. Esto no solo mejora su experiencia, sino que también enriquece el tejido social de la empresa.
Un ejemplo práctico: en una reunión, un empleado con TDA puede captar una tensión en la sala antes que los demás. Si el líder reconoce esta observación y ajusta su enfoque, no solo valida la percepción de esa persona, sino que también previene conflictos que podrían escalar.
La empatía como base de la inclusión
La capacidad de captar señales no verbales también fomenta la empatía en los equipos. Reconocer el estrés en un compañero, incluso cuando no lo verbaliza, permite intervenciones rápidas que mejoran el bienestar colectivo. Un líder que detecta fatiga o ansiedad en su equipo puede ajustar las cargas de trabajo o implementar medidas de apoyo, lo que reduce el absentismo y aumenta la productividad.
El TDA y el lenguaje no verbal: desafíos y oportunidades
Las personas con TDA tienen una relación especial con el lenguaje no verbal. Su percepción es intensa, pero a veces les cuesta procesar la información emocional en tiempo real. En el entorno laboral, esto puede ser tanto un desafío como una ventaja.
Hipersensibilidad a las señales no verbales
Un empleado con TDA puede notar detalles que otros pasan por alto: un cambio sutil en el tono de voz, un gesto que contradice las palabras, o incluso una atmósfera general de incomodidad en una reunión. Estas observaciones son valiosas para identificar problemas de clima laboral que otros no perciben.
Adaptar la comunicación en el equipo
Para incluir a personas con TDA de manera efectiva, las empresas pueden fomentar una comunicación más clara y estructurada. Esto incluye usar expresiones faciales consistentes con los mensajes y proporcionar retroalimentación de manera calmada y directa. Por ejemplo, en lugar de decir "Deberías ser más proactivo", un líder puede decir: "Me gustaría que tomes la iniciativa en este proyecto, ¿cómo puedo ayudarte a empezar?".
Mejorar la calidad del clima social a través del lenguaje no verbal
El lenguaje no verbal no solo facilita la inclusión, sino que también puede transformar el clima social de una empresa. Una organización que presta atención a las señales emocionales genera confianza y reduce tensiones internas.
Prevención de conflictos
Los conflictos en el lugar de trabajo suelen originarse por malentendidos, muchos de los cuales pueden evitarse observando el lenguaje no verbal. Una postura cerrada, una mirada evasiva o un silencio prolongado son señales de que algo no está bien. Detectar estas señales a tiempo permite intervenir antes de que los problemas se agraven.
Fomentar la cohesión del equipo
Equipos que dominan el lenguaje no verbal desarrollan una comunicación más fluida y efectiva. Esto se traduce en un aumento de la colaboración y una disminución de los malentendidos. Además, formar a los líderes en la interpretación de señales no verbales refuerza su capacidad para motivar y conectar con sus equipos.
El liderazgo inclusivo: captar lo invisible para mejorar lo visible
Un líder que sabe interpretar el lenguaje no verbal tiene una ventaja competitiva. Este tipo de liderazgo, conocido como liderazgo inclusivo, se basa en captar las señales emocionales, incluso aquellas que no se expresan directamente, para crear un entorno donde todos puedan prosperar.
Por ejemplo, un líder que nota la incomodidad de un empleado durante una reunión puede abordarlo de manera privada para ofrecer apoyo. Esta acción no solo fortalece la relación con ese empleado, sino que también establece un precedente de empatía y cuidado dentro del equipo.
Conclusión: el lenguaje no verbal como motor de inclusión y performance social
El lenguaje no verbal es mucho más que un complemento de las palabras. En el marco de la RSE y la inclusión, es una herramienta esencial para construir entornos laborales más humanos, cohesionados y productivos. Desde prevenir conflictos hasta mejorar la comunicación, su impacto en el clima social y en la performance de las empresas es innegable.
Invertir en la formación sobre lenguaje no verbal no solo beneficia a las personas con TDA o discapacidades cognitivas, sino que también mejora la calidad de vida laboral para todos. Porque, al final, lo que no se dice puede marcar una diferencia mucho mayor de lo que imaginamos. ¿Y si empezamos a prestar más atención a las señales invisibles?