Impulse su Authority Score: Cuando la RSE y la estrategia Webmarketing se Unen

Impulse su Authority Score uniendo RSE y estrategia webmarketing. Descubra cómo AI Overview y la Core Update podrían influir en su SEO. Lea la manera de adaptarte a los cambios 2025.

MARKETING

LYDIE GOYENETCHE

12/15/202411 min leer

AUTHORITY SCORE
AUTHORITY SCORE

¡Ah, el tráfico orgánico! 🕵️‍♂️ Ese Santo Grial que todos los responsables de marketing digital, consultores y emprendedores persiguen con la misma obstinación que un gato frente a un puntero láser. Pero la pregunta clave en 2025 no es solamente cómo atraerlo, sino qué indicadores nos dicen de verdad si estamos construyendo un ecosistema digital sólido.

Aquí entran en juego dos métricas que suelen confundirse: el Domain Authority (DA) y el Authority Score (AS). Aunque suenen parecidas, no son lo mismo, y comprender la diferencia es vital en el nuevo contexto del SEO internacional. El Domain Authority, creado por Moz, es como una brújula clásica: estima la fuerza de un dominio en función de la calidad y cantidad de sus backlinks, con un rango del 1 al 100. El Authority Score, introducido por Semrush, es más bien como un GPS de última generación: combina factores de backlinks, tráfico orgánico, patrones de uso y señales de confianza para ofrecer una visión más completa de la “salud” de un sitio.

¿Por qué esta distinción es crucial hoy? Porque desde la Core Update de Google en 2024-2025, los algoritmos no solo miran la popularidad de un sitio, sino también su credibilidad contextual y la forma en que se integra en el ecosistema de la web y de la inteligencia artificial. Wikipedia, con un Authority Score cercano a 100, no solo domina los rankings por su antigüedad o sus enlaces, sino porque es percibida como una fuente fiable y constantemente actualizada. En cambio, un blog corporativo con muchos backlinks artificiales puede ver caer su DA y su AS si no aporta valor real.

En este escenario, la Economía Social y Solidaria (ESS) en España ofrece un ejemplo fascinante. Las cooperativas, asociaciones y pymes responsables no tienen siempre presupuestos gigantes en publicidad, pero construyen autoridad digital al igual que construyen confianza en su territorio: paso a paso, con prácticas éticas, transparencia y colaboración en red. Google y las IA actuales valoran precisamente esas señales de confianza y coherencia. Cuando una cooperativa de Navarra publica informes de sostenibilidad, recibe backlinks de universidades, ONGs o prensa regional; cuando una asociación en Euskadi lanza un portal de proveedores con criterios de comercio justo, genera interacciones recurrentes que refuerzan su tráfico orgánico.

Así, el Authority Score se convierte en un reflejo digital del impacto social: no basta con tener enlaces, hay que tenerlos de fuentes relevantes y auténticas. Y aquí está el paralelismo con la ESS: la confianza no se compra, se construye. Igual que una empresa social gana legitimidad al mostrar resultados medibles en inclusión o medioambiente, un sitio web gana autoridad digital al integrar coherencia, contenido de calidad y un ecosistema de relaciones auténticas.

En este viaje vamos a explorar cómo el DA y el AS interactúan con el tráfico orgánico, cómo la última actualización de Google cambió las reglas del juego, y cómo las organizaciones de la ESS en España pueden convertir estas métricas en palancas para una estrategia digital sostenible. Porque al final, el SEO y la RSE se parecen más de lo que pensamos: ambos consisten en crear vínculos duraderos, generar confianza y demostrar que nuestra voz merece ser escuchada.

El Authority Score y el Tráfico Orgánico: un camino cuesta arriba para los pequeños

Para una asociación vecinal en Vitoria que trabaja con un presupuesto anual de apenas 15.000 euros, o para un autónomo de Donostia que inicia su negocio con menos de 10.000 euros de capital propio, conseguir backlinks de calidad es casi tan difícil como competir con un gigante del comercio electrónico. Los enlaces no llegan solos. Ningún webmaster serio enlaza hacia un sitio que no aparece en los primeros resultados de Google y que no ofrece un contenido útil para su propia audiencia.

Un estudio de Ahrefs en 2023 mostró que de los 1.000 millones de páginas analizadas, 660 millones no tenían ni un solo backlink. Solo 50 millones lograban acumular más de 10 enlaces externos en su primer año de existencia.

En paralelo, Semrush registró que el 91% de las páginas web nuevas no reciben más de 100 visitas orgánicas al mes, lo que las mantiene invisibles para cualquier posible referencia. Dicho de otra manera: si tu web recibe menos de 3 visitas diarias, las posibilidades de que un profesional del SEO la descubra y decida enlazarla son prácticamente nulas.

En España los números son igual de elocuentes. El ONTSI (Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad) informó en 2024 que solo un 17% de las pymes españolas aparece en la primera página de Google para al menos una palabra clave relevante. Eso significa que de cada 100 pequeñas empresas, 83 no existen a ojos del usuario medio que busca información. Si trasladamos este dato a un emprendedor concreto, significa que si tu web recibe menos de 1.000 visitas orgánicas al año, es decir unas 80 al mes, es prácticamente imposible que un medio digital o un blog especializado piense en enlazarte.

Además, alcanzar un Domain Authority superior a 20 o un Authority Score de 25 requiere tiempo. Según datos de Moz, la media de una web nueva es de DA 7 en su primer año, y solo después de tres años de trabajo constante en SEO y contenido puede superar el umbral de DA 20. Lo mismo ocurre con el AS: Semrush estima que menos del 10% de los sitios creados por particulares o pequeñas asociaciones logran un AS superior a 20 en sus primeros dos años.

Pongamos un ejemplo concreto. Una cooperativa agroecológica en Navarra lanza un portal en 2022 y dedica 200 horas a redactar informes, recetas y consejos sobre agricultura sostenible. Durante el primer año recibe 4 backlinks, todos de blogs amigos. Su AS se queda en 12. En 2023, tras invertir 3.000 euros en mejorar el sitio y organizar talleres en línea, logra que universidades locales y dos medios regionales le enlacen. Su AS sube a 26 y su DA a 23. Este salto le permite pasar de 300 a 3.500 visitas orgánicas al mes. A partir de ahí los backlinks empiezan a llegar solos, porque ya aparece en la primera página de Google para búsquedas como “agricultura ecológica Navarra” o “consumo responsable Euskadi”.

Esto muestra que el círculo virtuoso solo se abre tras un esfuerzo inicial fuerte. Primero hay que sembrar con contenido pertinente y adaptado a las búsquedas locales. Luego hay que esperar a que los motores de búsqueda lo reconozcan, para que más tarde los backlinks orgánicos comiencen a fluir. Sin esta inversión inicial de tiempo y de recursos, el DA y el AS se mantienen en valores marginales y los enlaces de calidad nunca llegan.

La autoridad como brújula en el ecosistema de Google

Desde los primeros años de Google, cuando el buscador aún competía con Yahoo y Altavista, la idea de autoridad fue central para ordenar la información.

A finales de los noventa, Larry Page introdujo el famoso PageRank, un sistema que contaba enlaces como votos de confianza.

En el año 2000 una página con 10 enlaces valía más que otra con dos, independientemente de la calidad de esos enlaces. Con el crecimiento exponencial de la web, este modelo se volvió insuficiente y dio paso a métricas más sofisticadas como el Domain Authority, desarrollado por Moz en 2010, y más tarde el Authority Score, popularizado por Semrush a partir de 2019. Hoy en día estos indicadores sirven como brújula para entender cómo Google interpreta la relevancia de un dominio frente a miles de millones de competidores.

La importancia histórica de Domain Authority y Authority Score

Durante más de una década el Domain Authority fue considerado un predictor fiable del ranking en Google. Según Moz, un dominio con DA superior a 50 tiene 5 veces más probabilidades de aparecer en la primera página de resultados que uno con DA inferior a 20.

En paralelo, el Authority Score introdujo un enfoque más integral. Mientras el DA solo mide fuerza de backlinks en una escala de 1 a 100, el AS combina calidad de enlaces, tráfico orgánico y señales de confianza.

En 2023 Semrush reveló que los sitios con AS por encima de 40 concentran casi el 70% del tráfico orgánico global. Estos datos muestran que Google no premia únicamente el contenido, sino también la estructura de relaciones digitales que lo rodea.

El impacto de la Core Update en la noción de autoridad

Con la Core Update de marzo de 2024 Google modificó profundamente la forma en que evalúa la autoridad.

Ya no basta con acumular enlaces o publicar textos largos. El buscador introdujo un énfasis mayor en la pertinencia contextual y en la autenticidad de las fuentes. Esto significa que un sitio con DA 30 pero con contenido relevante para un nicho local puede superar en resultados a un dominio con DA 60 que ofrece información genérica. Según datos de Sistrix, tras la actualización el 38% de las páginas que dependían de enlaces masivos perdió entre un 20 y un 60% de su visibilidad, mientras que webs con menor autoridad pero contenido especializado registraron un crecimiento del 15% en tráfico orgánico.

La desigualdad estructural en el acceso a la autoridad digital

El problema es que construir un DA o un AS alto requiere inversiones que la mayoría de particulares o pequeñas asociaciones no pueden asumir. Una campaña de linkbuilding profesional en España cuesta entre 500 y 2.000 euros al mes, y crear contenido de calidad optimizado puede superar los 100 euros por artículo. Según datos de Webempresa, solo el 12% de las pymes españolas invierten regularmente en SEO, y la inversión media anual en marketing digital es de 4.000 euros, una cifra inalcanzable para asociaciones locales con presupuestos de apenas 10.000 o 15.000 euros anuales. Al final, quienes logran mantener un AS superior a 40 o un DA estable por encima de 50 suelen ser grandes empresas o instituciones con equipos dedicados y presupuestos que superan los seis dígitos.

El sesgo de la autoridad y la necesidad de alternativas

La consecuencia es clara: la autoridad digital, medida por Google y por las herramientas de SEO, refuerza las desigualdades existentes.

Los gigantes con recursos amplios consolidan su dominio mientras que las iniciativas pequeñas, incluso cuando aportan valor social o innovación local, quedan invisibles. En 2024 Wikipedia recibió más de 20.000 millones de visitas, mientras que una asociación cultural en Bilbao difícilmente supera las 5.000 visitas anuales en su sitio web. Esta asimetría plantea un desafío para la economía social y solidaria, que debe encontrar estrategias alternativas, basadas en cooperación, contenidos compartidos y transparencia, para construir poco a poco una autoridad que no dependa únicamente de la capacidad económica.

Panorama ético de la inteligencia artificial en España

España ha puesto en marcha un marco regulatorio sin precedentes: en marzo de 2025 se aprobó un proyecto de ley que impondrá multas de hasta 35 millones de euros o el 7 % de la facturación anual global a empresas que usen contenido generado por IA sin etiquetarlo debidamente. Esta normativa, alineada con el Acta de IA de la UE, establece sanciones por prácticas como deepfakes, técnicas subliminales dirigidas a grupos vulnerables, o clasificaciones biométricas discriminatorias.

Paralelamente, España ha sido pionera en Europa al crear una agencia reguladora dedicada exclusivamente a la IA: la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA). Operativa desde junio de 2024, esta agencia supervisa, orienta, inspecciona y sanciona el uso de sistemas algorítmicos de IA.

¿A quién se aplica la nueva normativa sobre contenidos de IA en España?

La ley española aprobada en marzo de 2025 no se limita a Google.es ni exclusivamente al posicionamiento SEO. Su alcance es mucho más amplio, porque busca garantizar la transparencia en el uso de la inteligencia artificial en todos los entornos digitales.

Empresas establecidas en España


Cualquier empresa registrada en territorio español, sea una multinacional con sede en Madrid o una pequeña asociación en Navarra, está obligada a etiquetar el contenido generado por IA. Da igual si publica en castellano, euskera o inglés, o si el dominio es .es, .com o .org. La clave es que la organización esté establecida legalmente en España.

Empresas extranjeras que dirigen contenidos al mercado español
Si una empresa con sede en Francia, México o Estados Unidos crea páginas web, campañas de marketing o informes dirigidos explícitamente a usuarios en España, también puede estar sujeta a esta normativa. Por ejemplo, un sitio francés en .com que publique artículos en castellano y ofrezca servicios a clientes españoles deberá indicar si utiliza IA en la redacción de esos contenidos.

Empresas extranjeras sin vinculación con España


En cambio, una empresa extranjera que no tenga sede en España ni dirija su comunicación al público español no entra en el ámbito de aplicación de esta ley. Si una start-up chilena publica contenidos en castellano pero nunca comercializa en España ni orienta sus servicios al mercado español, no se le aplicará esta normativa nacional, aunque sí deberá cumplir con la regulación vigente en su propio país o en la Unión Europea si opera allí.

Consecuencias y sanciones


Las sanciones previstas son de hasta 35 millones de euros o el 7 % de la facturación anual global, lo que significa que la ley está pensada principalmente para grandes plataformas y agencias de marketing que producen contenido masivo de forma opaca. Sin embargo, también puede afectar a pymes y asociaciones si presentan contenidos generados íntegramente por IA como si fueran creación humana sin informar al usuario.

La llegada de los AI Overviews en el ecosistema hispanohablante

Desde finales de 2024 los AI Overviews comenzaron a aparecer en el entorno hispanohablante. Estos resúmenes, generados por inteligencia artificial, se muestran en la parte superior de Google.es con el objetivo de ofrecer una respuesta inmediata a la consulta del usuario. Diversos estudios internacionales sugieren que cuando aparece un AI Overview el porcentaje de clics en el primer resultado orgánico podría descender de alrededor de un 7% a cerca de un 3%, lo que implicaría una pérdida de visibilidad significativa.

Domain Authority frente a Authority Score en el nuevo contexto

La cuestión central es si resulta más determinante un Domain Authority alto o un Authority Score elevado para no quedar reducido a una simple referencia dentro de un resumen de IA. El DA, introducido por Moz, mide la fuerza de un dominio a partir de sus enlaces externos, mientras que el AS de Semrush combina además señales de tráfico y confianza.

Aunque Google no ha confirmado que estas métricas influyan directamente en la aparición dentro de AI Overviews, algunas observaciones apuntan a que una parte importante de los enlaces citados en estos resúmenes proviene de sitios que ya ocupaban posiciones destacadas en los resultados orgánicos. Esto sugiere que tanto la autoridad histórica de un dominio como la credibilidad contextual pueden influir en la probabilidad de ser citado.

El riesgo de ser resumido y la importancia de la autoridad digital

En el caso de las empresas españolas, especialmente aquellas con una presencia digital más modesta, el riesgo no estaría únicamente en no aparecer dentro de un AI Overview, sino también en que su contenido sea resumido sin generar clics hacia la página original. Aunque no existen estadísticas oficiales específicas para España, es posible suponer que una parte muy significativa de los sitios mantiene un DA inferior a 40, lo que reduciría sus posibilidades de competir con grandes medios o portales consolidados. En este escenario, la autoridad digital se convierte en una condición necesaria para aumentar la visibilidad, aunque no suficiente por sí sola.

Estrategia para generar clics sin depender del SEA

Una hipótesis razonable es que la mejor estrategia no consiste en elegir entre DA o AS, sino en combinar ambas dimensiones. Un DA más fuerte podría dar estabilidad a largo plazo, mientras que un AS sólido reflejaría la pertinencia y confiabilidad del contenido en el presente. Esto significa que producir contenido especializado y bien estructurado para el mercado español podría aumentar la probabilidad de aparecer citado en un AI Overview, lo que ayudaría a mantener un flujo de clics orgánicos sin necesidad de recurrir exclusivamente a campañas de pago.

Conclusión provisional

En este nuevo panorama, la autoridad digital podría entenderse como un requisito para no desaparecer en los resúmenes automáticos de Google. Ni el DA ni el AS por separado parecen garantizar la visibilidad, pero un equilibrio entre ambos podría aumentar las probabilidades de ser reconocido como fuente confiable. Para las empresas españolas, y especialmente para las que forman parte de la economía social y solidaria, el reto consiste en construir esta autoridad de manera progresiva y ética, conscientes de que los AI Overviews reconfiguran la manera en que el tráfico orgánico se distribuye.